viernes, 10 de julio de 2009

El último superviviente y su realidad




Hay un programa en Discovery Channel (ahora tambien en cuatro) que es realmente increible, se llama El último Superviviente y consiste en mostrar las peripecias de Bear Grylls, un antiguo militar con todos los conocimientos de supervivencia extrema que eso conlleva, por los parajes más inhóspitos y extremos que ofrece la naturaleza.

En sus programas vemos al protagonista solo por el mundo, bebiendo líquidos extraidos de excrementos de animales, cazando serpientes para comerlas asaditas en una hoguera, bajando por las ramas de un árbol del que puede caerse y abrirse la cabeza o lanzándose a las aguas heladas de un rio cuya profundidad desconoce.

El programa tiene algunos momentos impresionantes pero, a cualquiera que sea capaz de ver más allá, no le cabe duda de que todo está espectacularizado para el show, que hay unos cámaras detrás haciendo parte de la expedición con él y un equipo de producción acompañando a ambos, por si ocurre algo grave y, evidentemente, dando de comer y beber a los miembros del programa y, seguramente, al propio Bear Grylls.

Por eso, hace ya mucho tiempo que circuló por la red una campaña de desprestigio del programa y su protagonista, campaña en la que se hablaba de fraude, precisamente por este tipo de cuestiones que acompañan a la producción del programa.

El último superviviente es una guía de supervivencia en condiciones extremas, su función es mostrar lo que puede hacerse si uno se encuentra en una de estas circunstancias o simplemente hacer un show con un tipo haciendo el loco por las montañas, el desierto o la selva, locuras que son reales y que el protagonista efectivamente lleva a cabo. Si luego resulta que, tras montar su tienda de campaña casera para pasar la noche, realmente duerme en un hotel, no veo mayor problema, pues la cabaña y su forma de construcción no dejará de ser un ejemplo de lo que puede hacerse si se da el caso, como aquel Manual de los jóvenes castores que tenían los niños de mi generación.

Yo no veo mayor problema en que se espectacularicen este tipo de programas, pero es evidente que mucha otra gente no opina lo mismo y reivindican que se dé crédito a quienes acompañan al protagonista o que se especifique de algún modo que son ejemplos de cosas que pueden hacerse aunque no se lleven al extremo. Pues sí, algo así podría hacerse, pero no por ello el programa tiene menos mérito.

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