Lo que hace el dinero.
Con la cantidad de euros que cualquiera de nosotros emplearía en comprarse un utilitario nuevo (o un par de segunda mano) otros lo que hacen es limpiar el suyo. Y no hablamos de coger una docena de billetes de 500 €, mojarlos con agua y jabón y restregarlos por la carrocería del coche (es una idea), sino de pagarle a alguien 8.000 € para que deje tu coche más limpio que el día que lo fabricaron. ¿Deseas saber más?
Si tío Ben le decía a Peter Parker que un gran poder implica una gran responsabilidad, un carísimo lavado de coche implica… bueno, algo más que un cubo con jabón y una esponja. Tanto como emplear unos 100 productos de limpieza, encerado y abrillantado que pueden costar cerca de 10.000 € por tubo y dedicar 250 horas a cada vehículo. Algunos coches se fabrican más rápido.
Todo esto se debe a Gurcharn Sahota, un británico de 30 años a quien las enseñanza del sr. Miyagi (”dar cera, pulir cera”) debieron parecerle demasiado simples. De hecho utiliza un microscopio electrónico como el que utilizan los forenses, de unos 6.000 € de precio, para detectar los arañazos más minúsculos y acabar con ellos. Sahota empezó con su lavadero para clases populares hace 5 años y desde entonces han pasado por sus manos Rolls, Lambirghinis, Ferraris y el McLaren F1-GTR ganador de las 24 horas de Le Mans.
Estamos hablando de vehículos que cuestan en torno a medio millón de euros (o tres millones de euros, en el caso del McLaren) cuyos dueños no van a permitir que los mismos rodillos que golpean inmisericordemente la carrocería de los coches de nosotros, pobres mortales, entren en contacto con sus flamantes carrocerías.
Sarhota empezó en esto de niño, cuando lavaba los coches de sus vecinos gratis porque simplemente “le encantaba”. Parece que con el tiempo ha incrementado un poquito la tarifa. Confiesa que la primea vez que lavó un Ferrari Enzo tardó una semana y que cuando terminó y se fue a dormir solo veía color rojo por todas partes.
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